La música del trío tejano no tiene más pretensiones que la de llevar rock ‘texicano’ al público
- Enrique Lopetegui [Rumbo]
- 2008-07-24
Como el título de su tercer disco —Forgiven— lo indica, a Los Lonely Boys se les perdona todo.
Se les perdona que desde Los Lonely Boys (el aclamado debut multiplatino de 2003) el trío no haya cambiado ni alterado en lo más mínimo la fórmula de blues-rock y funk con aires tejanos y armonías beatlescas.
Se les perdona que su imagen y poesía carezcan de sorpresa: en las fotos de prensa aparecen simplemente posando en paisajes tejanos, y sus letras empiezan y terminan con el amor chico-chica (algo que Chuck Berry ya había hecho —y mejor— a fines de los 50) y se les perdona que, cuando hablan, parecen (a menos que uno los ponga contra la pared) más preocupados en repetir el verso hecho para la prensa que en decir realmente lo que piensan.
Y se los perdona por una sencilla razón: el trío de los hermanos Henry, Jojo y Ringo Garza, de San Angelo, Texas, jamás tendrá la influencia poética y musical de los Beatles pero, en vivo, son una aplanadora.
“Estos son Los Lonely Boys”, dijo a Rumbo Jojo Garza, bajista y una de las tres voces de LLB, minutos después de tocar en el Willie Nelson’s Family Picnic en San Antonio, evento que se efectúa cada año por estas fechas. “No tratamos de convertirnos en algo que no somos ni en ser una cosa demasiado espectacular. Dios nos regaló un don y hacemos lo que hacemos, que es llevar rocanrol ‘texicano’ a la mesa”.
Lo de que no son espectaculares es relativo. Hay pocos guitarristas tan virtuosos como Henry Garza, y aún menos bandas pueden jactarse de tener mejores armonías vocales y una máquina mejor aceitada que LLB, quienes han tocado juntos toda la vida. Pero el éxito crítico y comercial del primer disco (que en 2004 les valiera un Grammy como Mejor Interpretación Pop de un Dúo o Grupo con Voces, por el ya clásico Heaven) disminuyó con el irregular Sacred (2006) e hizo que el tercer disco pusiera bajo la lupa el futuro musical de los hermanos. A Jojo no podría importarle menos.
“Somos lo que somos”, dijo Jojo, cuya banda actúa mañana en el Greek Theatre junto con Los Lobos. “Esta es nuestra música. A algunos les gustará y a otros no, pero no nos va a cambiar en nada. No tenemos ninguna presión y no creo que el segundo disco haya sido un fracaso, de ninguna manera. Vendió lo que vendió y sigue vendiendo, y ojalá que con el nuevo disco los discos anteriores vendan aún más. No vamos a cambiar nuestro sentir y nuestra música por alguien que diga: ‘Oh, eso no es bueno para la radio’, o lo que sea”.
Si lo de las ventas —o la falta de ellas— de Sacred no eran suficientes, en 2005 Ringo fue arrestado y acusado de poseer marihuana y de agresión sexual a dos mujeres que habían ido de copas con él y su esposa. Los cargos por posesión de drogas fueron retirados y la policía, al final, decidió no presentar los cargos restantes; pero el nombre del disco pasa por otro lado.
“Si crees que vas a ser perdonado, serás perdonado, porque el Señor perdona”, dijo Jojo. “Con respecto a la otra situación a la que te refieres, no tiene nada que ver con el título del álbum, sino con
cualquier individuo que quiere ser perdonado por algo”.
UN TRÍO CONSERVADORAlguien dijo, con razón, que incluso una canción romántica convencional que carezca por completo de contenido social o político tiene connotaciones ideológicas. Aunque jamás levantaron las banderas de, por ejemplo, su amigo e ídolo Willie Nelson —el liberal más amado de Texas—, es difícil encasillar a Los Lonely Boys dentro del espectro político.
Por un lado, su falta de pronunciamiento sobre temas candentes y lugar de residencia parecen indicar que LLB es un trío conservador.
Por el otro, su apariencia rockera —siempre de negro, con chamarras Harley-Davidson y tatuajes de “Texican Power”— y su reputación de ávidos consumidores de marihuana y amigos de Willie Nelson (“No, nunca fumé con él”, dice Jojo) les da un perfil liberal. Pero, por alguna razón, es difícil imaginarlos frente a una urna votando por Obama… o por nadie.
“Si quieres votar, votas, y si no quieres votar, no votas”, dijo Jojo. “No hablamos mucho de política porque…”, Jojo no encuentra las palabras. “Este es el mundo en el que vivimos y lo que hacemos es una declaración política en sí misma”.
Pero… ¿van a votar?
“¿Si yo voy a votar?”, pregunta Jojo. “No, no planeo votar”.
¿Por qué?
“Porque, simplemente, no planeo votar”, dice con una sonrisa.
¿Y tus hermanos?
“No es algo que crecimos haciendo”, dice, y se le recuerda que nadie creció votando. Además, ¿para qué vivir en democracia si uno cree que el voto no sirve para nada? “Sí, [el voto] puede hacer un cambio, pero… No, no voy a votar. Y no puedo decirte que mis hermanos sí lo vayan a hacer”.
“OK, déjame adivinar”, le dice el reportero, y Jojo sonríe y se cruza de brazos. “No va a votar porque le parece que las cosas están bien como están y no le interesa que cambien y, si cambian, tampoco le interesa que cambien para un lado u otro. Típica postura Lonely Boys: dejar que las guitarras hablen pero cuidado con jugársela por algo más que puro rocanrol, baby. ¿Correcto?”.
“No, no es eso”, dice Jojo. “Si crees en lo que vas a votar, vota. Si no, no deberían forzarte a elegir un líder si no lo hay. Para Los Lonely Boys hay solamente un líder: el Señor Jesucristo. Y por medio de él te vas al cielo”.
De más está decir que Jesús no votaría, ¿no?
“No creo que Jesús votaría, brother…”, dice Jojo, quien estalla en una carcajada y contraataca. “Y tú, vas a votar?”. Se le responde que sí, si llega la ciudadanía a tiempo. “Buena suerte”, dice.
En eso pasa Ringo, el baterista, y se le pregunta si va a votar.
“Quizás”, dice.
¿Por quién?
“¡Pancho Villa!”.
Algo es algo.